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INSTITUTO DE LOS ANDES

SOLO 4 NEURONAS

POR: PEDRO TRAPIELLO

Si en se cantaba «hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad» y era 1894, ¿qué sería hoy?, ¿una bestialidad?

Científicos del (instituto de tecnología de California) han inventado un «cerebro» a partir de humano y cuatro neuronas fabricadas por ellos, que son todas las que juntaron para su experimento (el cerebro humano tiene unas pocas más, cien mil millones).

Publica los resultados la respetada revista en un artículo de la jefa de ese equipo biotecnológico californiano, Lulu Qian (sugerente nombre para una espía franco-china en un fumadero de opio de Shangai), que asegura, sin dejar aún de asombrarse, que «este cerebro es increíble y capaz de reconocer patrones de sucesos, formar recuerdos, tomar decisiones y realizar acciones diferentes»... ¡con sólo cuatro neuronas sencillas de las llamadas de «función de umbral lineal»!... (también es cierto que hay cargos públicos a los que no se les exigen muchas más)... pero ¿qué encontrará esta gente cuando junten dos mil o un millón?

La inteligencia artificial que late en la informática será moco de pavo frente a este descubrimiento, una máquina de pensar que rula con savia genética humana en un estropajo de conexiones. Qué peligro. O qué fantástica ayuda.

Ahora la pregunta es ¿crear un cerebro sería como crear un alma? «Eso es sólo cosa de Dios», dirán algunos. Y otros dicen «pues que vigile a estos científicos de California que le están pisando el jardín de algún edén y, además de sentirse dioses de laboratorio, tienen una diosa que se llama Lulu».

No hará falta disparar mucho la imaginación para visualizar el final del pasillo de esta puerta que se ha abierto. Y si se llega a crear todo un cerebro «humano» fuera de un cuerpo, pero con personalidad propia y pensamientos singulares, ¿cómo llamarlo?, ¿para qué serviría?... ¿y se podría comprar?, ¿llegará un día en que su tamaño, como los móviles, acabe siendo reducido y transportable?... en este caso, ante situaciones peliagudas podríamos echar mano al bolsillo, sacar este cerebro mecánico y prodigioso y obtener una docta segunda opinión. Caramba.

¿Y podrían servir como concejales?, porque nos ahorraríamos una pasta.

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