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INSTITUTO DE LOS ANDES

ECOLOGIA - DESAPARICION DE LAS ABEJAS

La preocupación por el futuro del sistema alimentario del planeta ha obligado a la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) de la ONU a iniciar una evaluación sobre la polinización y la producción de alimentos en el mundo.

La preocupación no nace de un capricho, sino de la importancia de las abejas para asegurarnos a los seres humanos nuestro alimento diario, ya que sus trabajos de polinización son vitales para que las plantas continúen con su ciclo de vida normal.

La urgencia es tal que IPBES, una organización modelada a imagen y semejanza del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y creada en Panamá en 2012, aprobó recientemente que el primer estudio de su corta vida sea el análisis de la polinización.

Los trabajos para iniciar la evaluación de la polinización y producción de alimentos comenzarán "rápidamente" en la primera mitad de este año y la misma estará terminada en diciembre de 2015, ha declarado el presidente fundador de IPBES, Zakri Abdul Hamid.

Hamid también ha confirmado que para 2018 el organismo internacional completará el primer estudio de la situación global de la biodiversidad en el mundo, aunque antes se hará una segunda evaluación sobre la degradación del suelo y el proceso de desertización.

Una cuestión de seguridad alimentaria

"La seguridad alimentaria es muy importante para la comunidad internacional. Nunca haremos bastante en asegurar alimentos para todo el mundo", subrayó Hamid.

Se estima que un 75 % de los cultivos que se producen al año en todo el mundo depende de la polinización realizada por abejas y otros insectos.

Pero, al mismo tiempo, se ha constatado la desaparición de abejas en algunas partes del planeta.

"Necesitamos saber por qué y proponer una serie de medidas que se precise adoptar. Por eso, es imperativo la evaluación de la polinización y la producción de alimentos", explicó Hamid.

Relacionado con esta valoración está el segundo trabajo que emprenderá IPBES sobre la degradación del suelo y la desertización, una problemática que también incide en la producción de alimentos.

"Es imperativo realizar una evaluación de la degradación del suelo y la desertización. La ONU ha señalado que la degradación del suelo durante los próximos 25 años reducirá la producción mundial de alimentos un 10 %", dijo Hamid.

A su juicio, "es una situación muy grave porque no sólo va a reducir la producción de alimentos, sino que también se incrementarán sus precios".

Hamid reconoció que muchos países en vías de desarrollo están especialmente preocupados con esta problemática y han solicitado a IPBES que se concentre en realizar el análisis.

El responsable de IPBES indicó que el objetivo del organismo es similar al papel que ha realizado "con mucho éxito" IPCC en el campo del cambio climático: reducir la distancia que existe entre la ciencia sobre biodiversidad y las decisiones de los legisladores de todo el mundo.

Pero Hamid destacó que, cuando habla del conocimiento sobre biodiversidad, no se refiere sólo a la información en poder de los científicos, sino también al conocimiento tradicional de indígenas y pobladores locales.

"IPBES es uno de los primeros procesos que ha reconocido formalmente el papel de indígenas y pobladores locales en la conservación y utilización de forma sostenible de la biodiversidad. La conservación de la biodiversidad para las gentes en países en desarrollo ha sido una forma de vida durante siglos", precisó.

Puso como ejemplo las técnicas de los aborígenes australianos o venezolanos para controlar incendios en los bosques o las formas de pesca de indígenas del Pacífico que declaran sagradas zonas alrededor de los arrecifes de coral para evitar la sobreexplotación.

Hamid expresó su optimismo sobre el futuro de IPBES, tras la reunión que el organismo celebró en diciembre en Turquía y durante la que los 115 países asistentes acordaron un frente común y se comprometieron a aportar más de 25 millones de dólares al grupo.

"Fue muy esperanzador. No hubo casi divisiones entre norte y sur y sí mucho consenso. Soy muy optimista sobre el futuro y la rápida evolución de IPBES", resaltó.

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