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INSTITUTO DE LOS ANDES

ENERGÍA SOLAR

 

Por: Virgilio Hermoza - A partir del siglo XIX el uso de los recursos energéticos convencionales (carbón, petróleo, gas natural) se han disparado, muchas economías dependen de estos recursos para satisfacer las demandas de energía.  

Es muy bien conocido que este tipo de recursos traen como consecuencia por su uso un daño serio al planeta (calentamiento global, daños ecológicos, entre otros). Pero, lo más lamentable se debe a su próximo agotamiento debido a la inconciencia de una cultura de desperdicio de energía, inculcada por las corporaciones encargadas de producir aparatos que consuman algún tipo de energía, al igual de las encargadas de abastecer de energía al mundo.  

Por la preocupación que implica este tipo de problema, a consecuencia de los energéticos convencionales, se han tomado en cuenta otras formas de obtención de energía que no implique un daño al medio ambiente y pueda satisfacer las necesidades a las que nos hemos acostumbrado. Este tipo de energías limpias e ilimitadas se les denomina Recursos energéticos alternativos y algunas de estas formas de producción de energía son muy antiguas como la solar y otras son avanzadas, como las células de combustible.  

La energía solar es una de las energías alternativas mas conocidas, que tiene la característica de ser inagotable y de un potencial muy grande, por esto a través del tiempo se ha intentado captar esta mediante aparatos de diversas formas. Los Incas usaban espejos curvados para la producción de fuego o también se dice que Arquímedes derroto a los navíos del ejercito Romano quemándolos con espejos con los que reflejaba la luz del sol.  

En la actualidad existen formas más complejas de captación de la energía emitida por este astro. El ejemplo mas claro, y en el que pretendo enfocarme, se basa en el aprovechamiento de la energía calorífica que sede este cuerpo, mediante una tecnología olvidada; una maquina térmica, que tiene la cualidad de no despedir ningún desecho, casi no generar ruido y poder funcionar con cualquier fuente de calor, y en nuestro caso la energía calorífica del sol.  

 

Este motor fue creado por el reverendo Escocés Robert Stirling que lo patento en 1816. La patente de este motor era el glamoroso final de una serie de intentos de simplificar las máquinas a vapor. Stirling consideraba demasiado complicado calentar agua en una caldera, producir vapor, expansionarlo en un motor, condensarlo y mediante una bomba introducir de nuevo el agua en la caldera. Otro impulso para desarrollar un nuevo sistema fueron los accidentes fatales causados frecuentemente por las máquinas a vapor, ya que aún no se había inventado el acero y las calderas explotaban con facilidad .

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