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INSTITUTO DE LOS ANDES

ACCIDENTES DE TRÁNSITO

Lima, (EFE).- Los accidentes de tránsito no son novedad en Perú pero tampoco cosa menor, pues cada año unas 3.000 personas se dejan la vida en las carreteras de un país donde la informalidad prima sobre el control del transporte terrestre.

En el terminal de autobuses de Yerbateros, en un barrio periférico de Lima, numerosas personas llegan con sus bolsas para viajar por unos 25 soles (9 dólares) a localidades del centro de Perú, a más de ocho horas de la capital.

Según ha constatado Efe, en fechas festivas las tarifas se disparan más del doble sin control alguno y los piquetes protestan lanzando piedras a los vehículos en este terminal, "símbolo" de la informalidad del transporte en el país.

Ya en ruta, puede pasar de todo: que el autobús se averíe en un punto perdido de los Andes, de noche y sin recibir asistencia, o que incluso sea asaltado por delincuentes.

Para no correr riesgos, además de evitar las empresas "fantasma" que ofrecen viajes baratos en malas condiciones, hay que cerciorarse de que la estructura de los autobuses no haya sido transformada.

El director del Centro de Investigación y de Asesoría del Transporte Terrestre (CIDATT), Juan Tapia, indica que, en ocasiones, los vehículos han sido agrandados para aumentar su capacidad, lo que aumenta su vulnerabilidad.

En Fiori, otra de las "caóticas" estaciones de Lima, muchos vehículos utilizan placas clonadas de otros que sí cumplen con las condiciones, asegura Tapia, quien también echa en falta un registro nacional de infractores y mayor protagonismo del Consejo Nacional de Seguridad Vial.

El año pasado, CIDATT difundió que Perú es el país de Latinoamérica donde más personas mueren en accidentes de tránsito, con 30 fallecimientos por cada 10.000 vehículos, seguido de México (28 muertes) y Colombia (24).

Aunque son constantes los accidentes en las provincias, el estudio constató que la mayoría de decesos se registra en Lima metropolitana, donde siete de cada diez víctimas son peatones.

Además, la siniestralidad en las carreteras causó la muerte de 30.000 personas y pérdidas de mil millones de dólares entre 2000 y 2008.

Según datos del ministerio peruano de Transportes, sólo en 2008 fallecieron 3.489 personas y otras 52.929 resultaron heridas en más de 85.000 accidentes de tránsito, producidos en un 30% de los casos por exceso de velocidad y en un 26% por imprudencia del conductor.

Para el director de CIDATT, actualmente la principal causa de accidentes se está registrando en las operaciones "al margen de la ley", como sucede en autobuses no autorizados que incluso pasan por puestos de control sin ser identificados.

Parte de la falta de control es asumida por la jefa de la Superintendencia del Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran), Elvira Moscoso, quien alega falta de recursos para que su organismo, creado en 2009, pueda hacer frente a este problema.

En declaraciones a Efe, Moscoso explicó que en Perú no hay un solo radar que controle el transporte terrestre y que los veinte puntos fijos de control en todo el territorio funcionan a mano.

En los próximos meses, comenzarán las sanciones económicas a los autobuses de transporte interprovincial que no cuenten con dispositivos de GPS y a los peatones que violen las normas, por muchos obstáculos que encuentren a su paso.

A pesar de que el presidente peruano, Alan García, se ha comprometido a asfaltar 9.000 kilómetros de carreteras antes de su salida en 2011, quedan por solucionar graves deficiencias en infraestructuras en la sierra y la selva.

Según el asesor del Ministerio de Transportes Lino de la Barrera, Perú debe renovar su parque automotor, uno de los más antiguos de América, y fiscalizar de forma integrada asuntos como las licencias de conducción o las revisiones técnicas de vehículos. Todo un rompecabezas para el Perú de la informalidad.

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