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INSTITUTO DE LOS ANDES

¿HABRA ALIMENTOS PARA TODOS?

Agroinformación

 

A lo largo de los siglos, de vez en cuando, diferentes voces han advertido que la actividad humana agotaría los recursos naturales de la Tierra. Pero los malos augurios siempre han estado equivocados. Cada vez, se descubrían nuevos recursos o aparecían tecnologías para propulsar el crecimiento.

Ahora han vuelto los viejos temores y parece que no van a poder ser descartados tan fácilmente.

Aunque no se avecina una catástrofe Malthusiana, en alusión al economista británico que pronosticó que el crecimiento poblacional iba a superar la capacidad de la tierra para producir recursos, la escasez prevista por el Club de Roma nunca ha sido tan evidente desde la publicación en 1972 de su famoso libro Los límites del crecimiento. Los constantes aumentos en los precios del petróleo, trigo, cobre y otras materias primas son señales de un giro duradero en la demanda que no se ha visto acompañado por un incremento similar en el suministro.

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Al mismo tiempo que el mundo se vuelve más poblado (las Naciones Unidas proyecta que la Tierra estará habitada por 8.000 millones de personas en 2025, frente a los 6.600 millones de ahora), se vuelve más próspero. Una persona promedio consume más alimentos, agua, metal y electricidad. Una mayor parte de la población de China (1.300 millones de habitantes) e India (1.100 millones de habitantes) se está subiendo al vagón de la clase media, consumiendo dietas ricas en proteínas, transportándose en vehículos a gasolina y disfrutando de los aparatos electrónicos imprescindibles en los países desarrollados.

El resultado es que la demanda por recursos naturales se ha disparado. Si los suministros no se mantienen al mismo ritmo, es probable que los precios sigan escalando, haciendo que el crecimiento económico sufra tanto en los países ricos como en los pobres. Algunos de los recursos en mayor demanda no tienen sustituto. En el siglo XVIII, Inglaterra respondió a la escasez de madera mediante un cambio hacia el carbón, un material mucho más abundante. Pero no hay semejantes alternativas para cosas como tierras cultivables y agua fresca.

"Vivimos en una era en que las tecnologías que han hecho posible los altos estándares de vida y las expectativas de 80 años de vida en el mundo desarrollado ahora sean para casi todo el mundo", dice Jeffrey Sachs, director del Earth Institute de la Universidad de Columbia. "Lo que esto significa es que no sólo tenemos muchísima actividad económica, sino que también tenemos el potencial reprimido de grandes incrementos en (esta actividad económica)". El mundo no puede soportar este nivel de crecimiento sin nuevas tecnologías, explica.

Las predicciones sombrías, sin embargo, podría resultar tan erróneas como las del pasado. "Claramente tendremos más y más problemas, a medida que más y más (gente) sea cada vez más rica, y utilice cada vez más cosas", dice Bjorn Lomborg, un estadístico danés que argumenta que el problema del calentamiento global se ha sobredimensionado. "Pero la inteligencia compensará el incremento extra en el uso de recursos".

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