HOTELES CON BRILLO PROPIO
La feroz competencia, la crisis económica y la propia demanda del cliente obliga a las cadenas hoteleras a inaugurar productos únicos | El hotel ME es con 120 metros el segundo más alto de Barcelona tras el Arts
La feroz competencia, la crisis económica y la propia demanda del cliente que exige cada vez más vivir nuevas experiencias, ha llevado a las cadenas hoteleras a exprimir la imaginación y singularizar cada vez más sus hoteles. Es el concepto de hotel-destino que se vende bien por la singularidad de su arquitectura - de la extrema modernidad a la más histórica-, bien por lo extraordinario de su entorno.
En Barcelona, los nuevos proyectos que convertirán la capital catalana en sede de la mayor oferta española de cinco estrellas en los próximos tres años, comienzan a despuntar en este nuevo concepto aunque parten ya con la ventaja de la fama internacional de la ciudad.
El ME, que la cadena Sol Melià abre el 26 de agosto en la nueva Diagonal, en el distrito del 22@, es un exponente de este nuevo ideario. Lejos del bullicioso centro, el edificio, obra de Dominique Perrault, pretende ser un polo de atracción incluso para los barceloneses. Con sus 120 metros de altura, el ME es el cuarto edificio más alto de Barcelona - y el segundo hotel más alto de la ciudad-, tras la torre Mapfre, el hotel Arts y la torre Agbar.
También es el primero que se inaugurará de una larga lista que convertirá Barcelona en la capital española de los cinco estrellas. Se caracteriza por su revestimiento de cristal y metal. Y por su colocación en la encrucijada de Diagonal con Pere IV. Tiene 29 plantas en superficie y albergará 259 habitaciones y suites.
Son hoteles donde el lujo ya no es lujo a secas, sino con valor añadido. En el ME trabajan con lujo contemporáneo para diferenciarse del clásico más propio de hoteles históricos. Una planta 29 con habitaciones interconectadas y con posibilidad de adaptarlas a cualquier necesidad -gimnasio, sala de televisión, dormitorio para invitados, etc-, siempre que el cliente se pueda permitir contratarla entera con mayordomo y seguridad 24 horas al día incluido; un huerto urbano en la planta 30 donde cultivar productos que después los chefs Sergio y Javier Torres servirán en el exclusivo restaurante Dos Cielos de la planta 24 con capacidad para 40 comensales; especial cuidado en la música para la que se ha invertido un millón de euros adicionales; olores capaces de permanecer en la memoria; sala para desfogarse con una Play Station incluso a altas horas de la madrugada...
"Ponemos mucho énfasis en la rapidez del servicio, en la iluminación, en los olores, en la música... Contratamos incluso a personas que nunca han trabajado en hoteles porque nos gusta su carácter y queremos potenciarlo y no ocultarlo bajo un uniforme", cuenta Alexander Hugot, vicepresidente para Europa de la marca ME by Melià.
El ME recoge también el guante de convertirse en un reclamo para la ciudad y sus vecinos. Como él, muchos están apostando por el concepto de hotel abierto al disfrute de los barceloneses, reduciendo cada vez más la privacidad de los clientes a sus habitaciones.
Primero fueron los restaurantes, cuya máxima expresión se refleja en los estrellas Michelin que algunos incorporan en sus instalaciones y que se convierten en reclamos por sí mismos. Después fueron las terrazas con vistas a la ciudad. Hugot quiere dar un paso más y convertir su sexta planta, donde se ubica el Penthouse Pool Lounge en un nuevo local de moda de Barcelona con entidad propia.
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