La noticia de que el peruano Mario Vargas Llosa ganó el Premio Nobel de Literatura hizo correr lágrimas de alegría -de esas que se secan rápidamente con champán- en el stand de su agente literaria y de su casa editora, Alfaguara, en la Feria del Libro de Fráncfort.
"Es una alegría impresionante, empecé a llorar, y me deshice como un flan", dijo a la AFP Gloria Gutiérrez, representante de la célebre agente literaria española Carmen Balcells, una de las figuras claves detrás del "boom" de la literatura latinoamericana.
"Aunque siempre creí que merecía el premio, ya no lo esperaba", señaló Gutiérrez, tras varios años en los que el escritor peruano y ex candidato presidencial sonaba siempre como favorito del galardón literario más importante del mundo, que siempre iba a parar a otras manos.
"Tras el anuncio, la gente se nos acerca llorando y felicitándonos", añadió, mientras esperaba para llamar por teléfono a Vargas Llosa.
"Todavía es muy temprano en Nueva York, aún debe estar durmiendo, porque hoy no va a Princeton, donde da clases", dijo.
A unos metros de allí, en el stand de Alfaguara, del poderoso grupo Santillana, también había lágrimas y brindis por el premio a Vargas Llosa, de 74 años, mientras se afanaban para preparar una rueda de prensa del escritor en Nueva York.
"Estamos felices", declaró a la AFP la directora de la editorial, la colombiana Pilar Reyes.
"Creo que Vargas Llosa ha escrito libros que no sólo son patrimonio del español, sino de la literatura mundial", opinó.
"Y espero que celebraré el Nobel con él lo más tarde el 3 de noviembre, el día que publicaremos su próxima novela, 'El Sueño del celta'", agregó Reyes, una de las pocas que ha leído esa obra.
Inspirada en la vida del irlandés Roger Casement (1864-1916), diplomático británico que denunció los abusos cometidos durante la colonización en el Congo belga y en el proceso de extracción del caucho en la Amazonía peruana, ese libro "reúne todas las facetas de Vargas Llosa", según Reyes.
"Reúne una aventura y prosa deslumbrante con una trayectoria intelectual fuerte, que es también lo que caracteriza a Vargas Llosa", señaló.
En otros círculos en la Feria de Fráncfort, la noticia del galardón para el escritor peruano generó reacciones más matizadas.
La veterana novelista y dramaturga argentina Griselda Gambaro reconoció que Vargas Llosa escribe "muy buena prosa", pero señaló que la figura pública le provoca menos admiración.
"Uno siempre ve a los escritores también a través de su personalidad, y la de Vargas Llosa se presta a discusión", señaló.
"Además, cada uno de nosotros tiene su propio Premios Nobel, y el mío era para Juan Gelman", dijo a la AFP la autora argentina, que tomó la palabra el martes en el acto oficial de inauguración de esta Feria, donde la literatura Argentina es la protagonista de honor.
La escritora argentina Claudia Piñeiro, autora entre otras novelas magníficas de "Las Viudas de los jueves", se hallaba justamente en el stand de Alfaguara, su editora en España, cuando cayó la noticia.
"Fue muy emocionante compartir ese momento", dijo.
"Todo el mundo empezó a gritar, a llorar".
"Y aunque estoy en las antípodas de la ideología de Vargas Llosa, me parece muy bien que el Comité del Nobel haya reconocido su obra vasta e importante", agregó.
La novela de Vargas Llosa, "La Tía Julia y el escribidor" había sido "un manual de escritura con el que todos nos formamos", señaló Piñeiro.
Por su parte, el chileno Leonardo Martínez Ugarte admitió que tenía "una relación de amor-odio con Vargas Llosa.
"No estoy de acuerdo con sus ideas políticas, pero como escritor, me quito el sombrero ante él", dijo Martínez Ugarte.
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