LA TEORIA DE LOS TRIANGULOS PERFECTOS 02
Por: Ing. Jaime Ariansen Céspedes – Instituto de los Andes
Los conceptos básicos de la administración de empresas han existido siempre, desde el comienzo de la humanidad. La recolección de alimentos demanda un cierto conocimiento del entorno y objetivos determinados, es decir el dominio de la naturaleza es como el conocimiento actual del mercado y la concepción de una respuesta ante la demanda de una necesidad.
En este primitivo ejemplo, el objetivo primordial es la supervivencia humana a traves de la ingesta de alimentos, y la figura se repite cada vez que aparecía el hambre y la sed.
La caza es otro importante paso en la administración de la vida misma, por que supone trabajo de equipo para enfrentar animales más grandes y mejor dotados para la lucha, entonces había que recurrir a una cierta estrategia, sumar esfuerzos, liderazgo para dirigir al grupo y los más importante un buen nivel de comunicación, en otras palabras es administración pura la que aplicaban nuestros primitivos antepasados.
Todos los analistas de la administración, utilizamos el ejemplo de Moisés, conduciendo a su pueblo rumbo a la tierra prometida, empleaba muchas horas en atender las necesidades de los jefes de las diversas familias y recibe el sabio consejo de su suegro, que le indica que debía delegar parte de esta tarea, ya que era imposible que el solo atendiera las muchas preguntas y las demandas por cientos de soluciones a diversos problemas y le sugiere que cada siete familias exista un supervisor... les parece conocido este ejemplo... es pura administración... es un tema importante... la delegación.
Así se han ido sumando cada uno de los elementos básicos de la administración de empresas, poco a poco, en forma lógica y natural, quizás en su tiempo no eran identificados los principios, solo eran utilizados, sin analizarlos o reglamentarlos. La gran diferencia, es que ahora disponemos de potentes herramientas que nos permiten registrar conceptos, evaluarlos, asociarlos, simular situaciones, costearlas y entonces podemos tomar muchas decisiones correctas confiables.
Cuando llegamos al nivel de agruparlos e interrelacionarlos, era obvio que la mejor opción era la triangulación inscrita en un circulo, hasta potenciar la figura hasta volverla una pirámide dentro de una esfera... entonces llegábamos a una intima relación y lográbamos nuestros objetivos de Eficacia, Simpleza y Armonía.
Los hombres siempre han intentado relacionar hechos de su vida cotidiana con las reglas de la naturaleza, mediante una simple asociación, constituye un antiguo ejemplo él celebre Hueso de Ishango, encontrado en las cercanías del río Nilo al noreste del Congo, tiene una antigüedad de aproximadamente 20,000 años y al parecer representa una secuencia de números primos y señala la posibilidad de la multiplicación por duplicación.
Los números primos menores que cien son los que solo se pueden dividir por sí mismo como 2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, 19, 23, 29, 31, 37, 41, 43, 47, 53, 59, 61, 67, 71, 73, 79, 83, 89, 97. La propiedad de ser primo se denomina primalidad.
En la administración encontramos hechos y circunstancias, que como los números primos, no pueden dividirse y tienen que ser estudiados en su conjunto demostrando su primalidad para ser correctamente estudiados y reglamentados.
Habría que aplicar la hipótesis de Riemann para calcular cuantos “problemas primos” existen en cada empresa y la respuesta es que pueden ser infinitos, dependiendo de la empresa, el tema y la circunstancia.
En estos casos tenemos que diseñar un triangulo especial para cada una de estas situaciones o problemas que demandan un estudio y solución en conjunto. En otras palabras están tan interrelacionadas las partes que constituyen una unidad en sí.
Bernhard Riemann fue un científico que formulo una teoría matemática en 1859 y hasta ahora, aun con las potentes computadores que tenemos, no se ha podido resolver su hipótesis.
De allí podemos añadir a nuestra propia teoría de los Triángulos Perfectos, que hay hechos o circunstancias indivisibles, sin factores parciales o secuénciales, que tenemos que aceptar, manejar sus efectos y consecuencias, disfrutar al máximo sus ventajas comparativas, minimizar sus debilidades y protegernos de sus aspectos negativos.
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