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INSTITUTO DE LOS ANDES

(14) G. CULTURA

LA HIPER - OPULENCIA

Por Sergio Melnick - La economía entre 1950 y 2000 se expandió unas 50 veces, mientras la población se duplicó. El mundo es 25 veces más rico. Esta afluencia plantea la paradoja de que es imposible dejar de seguir creciendo, aunque la naturaleza no alcance para proveer las necesidades futuras de la población.

Lo que hemos apreciado en el siglo XX e inicios del siglo XXI es la masificación de la opulencia. No es que haya mejorado la distribución del ingreso, quizás es justo al revés. De hecho, el 1% es dueño del 40% de la riqueza total. Más de un tercio de los más ricos del mundo vive en Estados Unidos; un 27% en Japón; 8% en Alemania; 6% en Gran Bretaña, 5% en Francia y un 4% en China. Ahí está lo que podemos llamar la hiper-opulencia y la mayor extravagancia.

Por ejemplo, hay relojes de pulsera que pueden costar hasta 1,5 millones de dólares, zapatos con diamantes de 2 millones de dólares. La villa La Leopolda en Niza, de Roman Abramovich, cuesta unos 400 millones de dólares y cuenta con 50 jardineros. La casa de Donald Trump está avaluada en 125 millones de dólares. Motocicletas de producción normal, que andan a más de 300 kilómetros por hora, y muchos modelos de autos que superan los 500 mil dólares… Hay muchas joyas de más de 10 millones de dólares. Carteras de mujer de 250 mil dólares y más. Montblanc y Van Cleef & Arpels se asociaron para vender una pluma de más de 700 mil dólares, que demora más de un año en producirse por artesanos sofisticados. Pero hay varias que están en el rango de 40 a 50 mil dólares y hay una que supera los 1,5 millones de dólares: la Aurora Diamante, con 30 kilates en ella. Hay mascotas exóticas de hasta 60 mil dólares en el caso de chimpancés, o serpientes de 20 mil dólares. Todo esto, alguien lo compra.

Eso es extravagante, por decir lo menos; es el hiperconsumo.

El producto por persona en el mundo es alrededor de los 9 mil dólares. Luxemburgo es el país con mayor nivel, con un ingreso de 90 mil dólares por persona. Estados Unidos está más o menos en la mitad; Chile, en unos 15 mil dólares y los más pobres, como Etiopía y Burundi, con menos de 200 dólares por persona. Si lo miramos en el tiempo, en 1960 el país de mayor ingreso por persona era Estados Unidos y no llegaba a los 3 mil dólares. Luxemburgo era el 4°, con unos 2.300 dólares. Chile tenía 550 dólares por persona y los más pobres eran Malawi, Ruanda y Lesoto, que no llegaban a los 50 dólares por persona.

Lo que está ocurriendo en el siglo XXI es que muchas de las cosas que antes eran un lujo hoy son de acceso casi universal, o está en camino de serlo, porque sus precios han caído de manera francamente increíble. Entre 1960 y hoy, Chile y Angola doblaron su consumo de carne por persona; Brasil, incluso más, al igual que Belice y Ecuador. El hecho es que aumentó en casi todos los países del mundo. El consumo medio mundial de carne supera los 40 kilos al año –en los países desarrollados bordea los 80–. En Australia es de unos 110 kilos, mientras Luxemburgo y Nueva Zelandia andan alrededor de los 150 kilos de carne por persona al año.

Entre 1975 y el 2007, el consumo de café aumentó en un 20%, llegando a 1,3 kg/persona al año. Finlandia es el mayor consumidor de café del mundo y supera los 12 kg/ persona al año. Chile toma un poco menos de 1 kg promedio al año (0,8).

La economía entre 1950 y 2000 se expandió unas 50 veces, mientras la población se duplicó. El mundo es muchísimo más rico –de hecho, 25 veces más rico–, descontando la población. Esa es la base de la afluencia mundial, al margen de la distribución que, como hemos señalado, es muy desigual. Pero los ricos son cada vez más sofisticados, y buscan una nueva extravagancia, dejando de lado lo que antes lo fue. Esa “economía” que van abandonando se va –necesariamente– masificando.

Esta es una civilización claramente materialista o consumista; digamos, por oposición a una de carácter más espiritual o mágica. El mundo tiene hoy un automóvil cada 10 personas, un computador cada tres, un celular cada dos. Ni hablar de lavadoras, televisores, radios, relojes, microondas, DVD, y tantas otras tecnologías. Hace algunos años, muchas de esas tecnologías eran elitistas. Sólo piense por un instante lo que ha pasado con las industrias de cosméticos, perfumes, desodorantes, alimentos de mascotas, helados y refrescos, relojes, vestuario, entretención, deportes, cigarrillos, bebidas alcohólicas, viajes y turismo masivo. Todas, industrias que son obviamente “accesorias” para la vida humana y que se propagan como plagas por el mundo. Cerca de un 17% de la población mundial tiene sobrepeso; es decir, unos 1.200 millones de personas, ¿De qué otra manera podríamos interpretar todo esto, sino como formas de afluencia y consumismo? Para que exista consumismo debe haber demanda.

Esas cifras, en la tendencia actual, sólo van a aumentar, y de manera cada vez más veloz. Hay países, como Chile, que ya tienen más de un celular promedio por persona. Más allá de lo anecdótico, lo importante es entender la enorme maquinaria tecnológica que hay detrás, y que es muy difícil de parar.

El costo de detener la afluencia es quizás desastroso en vidas humanas, ya que la población es demasiada y requiere de esa infraestructura tecnológica global. La naturaleza no alcanza para proveer a esas cantidades de población, ni tampoco para darles empleo.

La sola incorporación de China a la carrera del consumo ha mantenido los precios de los commodities altos y eso seguirá de manera creciente si China sigue creciendo. Si a ello le sumamos la India y otros países asiáticos, la presión es simplemente enorme. China es hoy uno de los principales productores del mundo en muchos temas. Genera ciencia y tecnología propia de calidad. De hecho, es ya la segunda economía del mundo tras Estados Unidos. Y ello, con los niveles mundiales más grandes de pobreza e inequidad. ¿Qué pasaría si se detiene su crecimiento? ¿Qué pasará si sigue creciendo como en la última década? El mundo genera hoy unos 100 millones de toneladas de productos del mar (a consumo directo), de los cuales Japón consume el 10%. Si China quisiera ser como Japón (que ciertamente lo quiere), el problema pasa a ser grave. China usa unos 35 kilos de papel por persona promedio. Estados Unidos, 350 kilos. Si China va hacia los estándares de EEUU, no hay producción mundial posible: los bosques se acaban de inmediato.

Todo esto configura el síndrome de la bicicleta. Lo único que se no se puede hacer es dejar de pedalear. Hay que seguir pedaleando para no caerse. Dicho de otro modo: mientras más rápido se mueve la sociedad, más errores comete y más expectativas genera, y por ello la única posibilidad de sobrevivir es aumentar aún más la velocidad para tapar dichos errores. Parte de esto tiene que ver con la manera en que se ha expandido el conocimiento. Cuando pasamos de una lógica puramente deductiva, en que se avanza muy lento porque todo debe ser absolutamente coherente, a una inductiva basada en probabilidades, es como sacar el freno de mano en la cuesta. Cuando aceptamos verdades probabilísticas, estamos aceptando mucho error, y la respuesta natural es la velocidad para cubrirlos.

Pero la aceleración no puede continuar de manera indefinida. En algún momento explota, revienta. Esa es una de las grandes dudas del siglo XXI. La literatura reporta ampliamente el riesgo de extinciones masivas que enfrenta la civilización actual y que deriva de esta afluencia creciente y su impacto en la Tierra. A la tasa actual de uso del medio ambiente, sólo nos queda “naturaleza” productiva para 50 o 100 años, a lo más. Todo entonces será tecnológico.

Esta situación afecta al mundo como un todo. No hay soluciones locales relevantes. La globalización es inevitable, necesaria y, residualmente entonces, Matrix está ya a la vista.

HOMENAJE A UN GRAN PERUANO

José María Arguedas Altamirano, fue un escritor, antropólogo y etnólogo peruano. Como escritor es autor de novelas y cuentos que lo han llevado a ser considerado como uno de los tres grandes representantes de la corriente indigenista en el Perú, junto con Ciro Alegría y Manuel Scorza. Introdujo en la literatura indigenista una visión interior más rica e incisiva. La cuestión fundamental que se plantea en sus obras es la de un país dividido en dos culturas (la andina de origen quechua y la urbana de raíces europeas), que deben integrarse en una relación armónica de carácter mestizo. Los grandes dilemas, angustias y esperanzas que ese proyecto plantea son el núcleo de su visión.

José María Arguedas Altamirano, nació el 18 de enero de 1911 en la ciudad de Andahuaylas, provincia de Andahuaylas, departamento de Apurímac. Era hijo de Víctor Manuel Arguedas Arellano, un abogado cuzqueño que ejercía de Juez en diversos pueblos, y de Victoria Altamirano Navarro, perteneciente a una acaudalada familia de Andahuaylas. Cuando tenía dos años y medio de edad, falleció su madre, víctima de cólicos hepáticos; pasó entonces a vivir a la casa de su abuela paterna, Teresa Arellano, en la ciudad de Andahuaylas.

En 1915, su padre, al ser nombrado Juez de primera instancia de la provincia de Lucanas (departamento de Ayacucho), se trasladó a dicha sede, donde poco después se casó con una rica hacendada de San Juan de Lucanas, Grimanesa Arangoitia Iturbi viuda de Pacheco (1917). El pequeño José María viajó entonces a Lucanas, para reunirse con su madrastra; el viaje fue todo un acontecimiento para él, como lo recordó siempre. La familia se instaló en Puquio, la capital de la provincia. En 1919, tras la ascensión al poder de Augusto B. Leguía, el padre, que era del partido contrario, fue removido de su cargo de Juez y tuvo que tornar a su oficio de abogado litigante y viajero, trajinar que solo le permitía hacer visitas esporádicas a su familia.

Esta parte de la infancia de Arguedas estuvo marcada por la difícil relación que sostuvo con su madrastra y con su hermanastro Pablo Pacheco. Aquella sentía por su hijastro un evidente desprecio, y en una ocasión lo mandó a convivir con los criados indígenas de la hacienda. Por su parte el hermanastro lo maltrataba física y psicológicamente e incluso en una ocasión le obligó a presenciar la violación de su tía. La figura de este hermanastro habría de perdurar en su obra literaria personificando al gamonal abusivo, cruel y lujurioso. Solo entre los indios sintió el afecto que le negó su familia, identificándose con la idiosincrasia de aquellos, basada en el amor a la naturaleza.

En julio de 1921 se escapó de la casa de la madrastra junto con su hermano mayor Arístides; ambos fueron a la hacienda Viseca, propiedad de su tío Manuel Perea Arellano, situada a 8 km de San Juan de Lucanas. Allí vivieron durante dos años, en ausencia del padre, conviviendo con los campesinos indios a quienes ayudaban en las faenas agrícolas. Para José María fueron los años más felices de su vida

En 1923 abandonó su retiro al ser recogido por su padre, a quien acompañó en sus frecuentes viajes laborales, conociendo más de 200 pueblos. Pasaron por Huamanga, Cuzco y Abancay. En ésta última ciudad ingresó, junto con su hermano Arístides, como interno en el Colegio Miguel Grau de los Padres Mercedarios, mientras su padre continuaba su vida itinerante. Dichas peripecias a través del sur del Perú y su internado en el colegio abanquino serían evocadas después en su novela Los ríos profundos, su obra maestra.

En 1925 sufrió un accidente que lo llevó a perder dos dedos de la mano derecha. En 1926 empezó sus estudios secundarios en un colegio de Ica, en la desértica costa peruana, hecho que marcó su alejamiento del ambiente serrano que había moldeado hasta entonces su infancia. Allí sufrió en carne propia el desprecio de los costeños hacia los serranos. En 1928 se trasladó a la ciudad de Huancayo, continuando allí sus estudios e iniciándose como escritor al colaborar en la revista estudiantil Antorcha. En 1930 pasó una larga temporada en Yauyos, al lado de su padre. De los cursos correspondientes a sus dos últimos años estudiantiles (1929-1930), rindió exámenes en el Colegio Nuestra Señora de La Merced, de Lima, a base de los estudios que hizo sin maestro alguno en la sierra.

En 1931, ya con 20 años de edad, se estableció en Lima e ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. A raíz del fallecimiento de su padre, ocurrido al año siguiente, se vio forzado a ganarse la vida y entró a trabajar como auxiliar en la Administración de Correos.

En 1933 publicó su primer cuento: Warma kuyay. En 1935 publicó Agua, su primer libro de cuentos, que obtuvo el segundo premio de la Revista Americana de Buenos Aires. En 1936 fundó con Augusto Tamayo Vargas, Alberto Tauro del Pino y otros, la revista Palabra, en cuyas páginas se ve reflejada la ideología propugnada por José Carlos Mariátegui. En 1937 fue apresado por participar en las protestas estudiantiles contra la visita del general italiano Camarotta, jefe de una misión policial de la Italia fascista. Fue trasladado al penal “El Sexto” de Lima, donde permaneció 8 meses en prisión, episodio que tiempo después evocó en la novela del mismo nombre.

Poco después, lograda ya su Licenciatura de Literatura en San Marcos, inició su carrera docente en el Colegio Nacional Mateo Pumacahua de Sicuani, en el departamento de Cuzco, como profesor de Castellano y Geografía (1939-1941). Allí, junto con sus alumnos, llevó a cabo un trabajo de recopilación del folclor local. Descubrió entonces su vocación de etnólogo. Paralelamente contrajo matrimonio con Celia Bustamante Vernal, promotora de la Peña Cultural Pancho Fierro (1939), un legendario centro de reunión de artistas y intelectuales.

En 1941 publicó Yawar Fiesta, su primera novela. Entre octubre de 1941 y noviembre de 1942, fue agregado al Ministerio de Educación para colaborar en la reforma de los planes de estudios secundarios. Tras representar al profesorado peruano en el Congreso Indigenista Interamericano de Pátzcuaro (1942), reasumió su labor de profesor de castellano en los colegios nacionales Alfonso Ugarte, Nuestra Señora de Guadalupe y Mariano Melgar de Lima.

En 1944 presentó un episodio depresivo caracterizado por decaimiento, fatiga, insomnio, ansiedad y probablemente crisis de angustia, por lo cual pidió licencia repetidas veces en su centro de labor docente. Este episodio lo describió en sus cartas a su hermano Arístides y brevemente en sus diarios insertados en su novela póstuma El zorro de arriba y el zorro de abajo. Durante cinco años estuvo, según confesó, neutralizado para escribir. Se recuperó, pero eventualmente tendría otras recaídas posteriores.

En 1948, se le redujeron las horas de clases y el sueldo de profesor que recibía en el Ministerio de Educación, bajo la acusación de hacer propaganda comunista. Finalmente fue cesado (1949). Eran los días de la dictadura de Manuel A. Odría. Sin embargo, continuó ejerciendo diversos cargos en instituciones oficiales encargadas de conservar y promover la cultura.

En marzo de 1947 fue nombrado Conservador General de Folklore del Ministerio de Educación, para luego ser promovido a Jefe de la Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho del mismo Ministerio (1950-1952). Llevó a cabo importantes iniciativas orientadas a estudiar la cultura popular en todo el país. Por su gestión directa, Jacinto Palacios, el gran trovador andino, grabó el primer disco de música andina en 1948. Los teatros Municipal y Segura abrieron sus puertas al arte andino.

Entre 1950 y 1953 dictó cursos de Etnología y Quechua en el Instituto Pedagógico Nacional de Varones. En 1953 fue nombrado Director del Instituto de Estudios Etnológicos del hoy Museo Nacional de la Cultura Peruana, cargo en el que permaneció durante diez años; simultáneamente dirigió la revista Folklore Americano (órgano del Comité Interamericano de Folklore, del que era secretario).

El cuento La muerte de los hermanos Arango, que publicó en 1953, obtuvo el primer premio del Concurso Latinoamericano de Cuento en México. En 1954 publicó la novela corta Diamantes y pedernales.

A fin de complementar su formación profesional, se especializó en la Universidad de San Marcos en Etnología, de la que optó el grado de Bachiller el (20 de diciembre de 1957) con su tesis La evolución de las comunidades indígenas, trabajo que obtuvo el Premio Nacional Fomento a la Cultura Javier Prado 1958. Por entonces realizó su primer viaje por Europa, becado por la UNESCO, para efectuar estudios diversos, tanto en España como en Francia. Durante el tiempo que permaneció en España, Arguedas hizo investigaciones entre las comunidades de la provincia de Zamora, buscando las raíces hispanas de la cultura andina, que le dieron material para su tesis doctoral: Las Comunidades de España y del Perú, con la que se graduó el 5 de julio de 1963.

En 1958 publicó Los ríos profundos, novela autobiográfica, por la cual recibió en 1959 el Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo Palma. Esta novela ha sido considerada como su obra maestra. Por entonces empezó a ejercer como catedrático de Etnología en la Universidad de San Marcos (de 1958 a 1968). De la misma disciplina fue también profesor en la Universidad Nacional Agraria La Molina (de 1962 a 1969).

En 1961 publicó su novela El Sexto, por la cual se le concedió, por segunda vez, el Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo Palma (1962). Dicha obra es un relato novelado de su experiencia carcelaria en el famoso penal situado en el centro de Lima, clausurado en 1986.

En 1962 editó su cuento La agonía de Rasu Ñiti. Viajó en ese mismo año a Berlín Occidental (Alemania), donde se llevó a cabo el primer coloquio de escritores iberoamericanos, organizado por la revista Humboldt.

En 1963 fue nombrado Director de la Casa de la Cultura del Perú, donde llevó a cabo una importante labor profesional; sin embargo, renunció al año siguiente, como gesto de solidaridad para con el presidente de la Comisión Nacional de Cultura.

En 1964 publicó su obra más ambiciosa: Todas las sangres, novela de gran consistencia narrativa, en la que el escritor quiso mostrar toda la variedad de tipos humanos que conforman el Perú y a la vez los conflictos determinados por los cambios que origina en las poblaciones andinas el progreso contemporáneo. En ese mismo año se le reconoció su labor de docente otorgándosele las Palmas Magisteriales en grado de Comendador y una Resolución Suprema firmada por el presidente Fernando Belaúnde Terry dándole las “gracias por los servicios prestados a favor de la cultura nacional”. Fue nombrado también Director del Museo Nacional de Historia, cargo que ejerció hasta 1966.

En 1965, luego de divorciarse de su primera esposa, se casó con la dama chilena Sybila Arredondo, quien lo acompañó hasta el final de su vida. Años después Sybila estuvo presa en el Perú acusada de tener vínculos con el grupo terrorista Sendero Luminoso y tras ser liberada volvió a su país en el 2002.

A pesar de todos sus logros personales y profesionales, en abril de 1966 Arguedas cometió su primer intento de suicidio. El escritor venía sufriendo períodos de grave crisis psicológica desde hacía muchos años. A partir de entonces, su vida ya no volvió a ser la misma. Se aisló de sus amigos y renunció a todos los cargos públicos que ejercía en el Ministerio de Educación, con el propósito de dedicarse solamente a sus cátedras en la Universidad Agraria y en la de San Marcos. Para tratar su mal se puso en contacto con la psiquiatra chilena Lola Hoffmann, quien le recomendó, a manera de tratamiento, que continuara escribiendo. De este modo publicó otro libro de cuentos: Amor mundo y todos los cuentos (1967) y, más adelante, su obra póstuma: El zorro de arriba y el zorro de abajo.

En 1968 terminó su magisterio en la Universidad de San Marcos, y, casi simultáneamente, fue elegido jefe del departamento de Sociología de la Universidad Nacional Agraria La Molina, a la cual se consagró a tiempo completo. Ese mismo año le fue otorgado el premio “Inca Garcilaso de la Vega”, por haber sido considerada su obra como una contribución al arte y a las letras del Perú. En esa ocasión pronunció su famoso discurso: No soy un aculturado.

Sin embargo, por esta época sus angustias existenciales se agudizaron y surgió nuevamente la idea del suicidio tal como lo atestigua su “Primer diario”, el cual insertó en su novela póstuma. Finalmente renunció a su cargo en la Universidad Agraria y el 28 de noviembre de 1969 se encerró en el baño de la universidad y se disparó un tiro en la cabeza, a causa del cual murió, después de pasar cinco días de penosa agonía (2 de diciembre de 1969).

El día de su entierro, tal como el escritor había pedido en su diario, el músico andino Máximo Damián tocó el violín ante su féretro, acompañado por el arpista Luciano Chiara y los danzantes de tijera Gerardo y Zacarías Chiara, y luego pronunció un breve discurso, en palabras que transmitieron el sentimiento del pueblo indígena, que lamentó profundamente su partida.

¿ POR QUE ?

Por BBC Mundo, BBC Mundo

¿Por qué los elefantes no bailan?

¿Se puede construir un ascensor a la Luna? ¿Podría sobrevivir un hámster a la caída desde un avión? La Real Institución de Gran Bretaña buscó respuestas científicas a preguntas insólitas.

¿Por qué los elefantes no bailan?

"Hormigas."

Quizá ésta sea una pregunta que usted nunca antes se planteó, pero la Real Institución de Gran Bretaña dio con la respuesta.

¿Alguna vez se preguntó por qué no ha visto a un elefante bailando el tango en Tailandia o chachachá en las llanuras africanas?

Esta cuestión -entre otros temas trascendentales- será objeto de una de las charlas que cada final de año ofrece la Real Institución.

En esta ocasión, en este evento fijo en el calendario del instituto de investigación desde 1825, aborda entre otras cosas las razones por las cuales el tamaño sí importa cuando se trata del comportamiento de los animales.

Y especialmente para la BBC, el conferencista de este año, el doctor Marck Miodownik, médico en el King's College de Londres, responder a varias de esas preguntas que nunca nos hicimos pero que, una vez planteadas, no nos aguantamos las ganas de que nos revelen la respuesta.

¿Por qué los elefantes no pueden bailar?

Aunque son uno de los animales más grandes y carismáticos sobre la Tierra, las piernas de los elefantes son tan pesadas que no pueden cambiar de dirección con rapidez.

Por esta razón, estos paquidermos, capaces de correr a velocidades cercanas a los 40 kilómetros por hora, no pueden saltar ni realizar movimientos complejos. Así que, por falta de gracia, el baile queda descartado.

¿Podría sobrevivir un hámster a la caída desde un avión?

El tamaño de un animal determina sus posibilidades de sobrevivir a una caída desde gran altura. Cuanto más pequeño y ligero es el animal, con menos fuerza golpeará el suelo.

Por este motivo, caer desde un avión es mortal para los humanos, pero no para los hámsters. Las arañas, ni siquiera notan el impacto.

¿Es una hormiga más fuerte que un físicoculturista?

Las hormigas son increíblemente fuertes en relación con su tamaño. Las más fuertes puede levantar 100 veces su propio peso, lo cual equivaldría a que un humano levantara un elefante africano.

Un levantador de pesos olímpico tan sólo puede alzar el doble de su peso corporal.

Esto se debe a que las hormigas son tan ligeras que utilizan muy poca de su fuerza para sostenerse a sí mismas. De este modo, pueden usar el resto de sus músculos para elevar otras cargas. Se puede decir que, a medida de que un animal es mayor, es más débil en términos relativos.

¿Pueden los humanos subir por las paredes?

Salamandra.

"Salamandra."

Inspirándose en las propiedades de las garras de la salamandra, que contienen pelos diminutos que le permiten al animal trepar por los muros, los científicos crearon un tipo de cinta artificial que imita ese sistema.

Esos pelos hacen que las manos tengan un área enorme de contacto efectivo con la pared y que ambas superficies se atraigan.

En la actualidad se están desarrollando guantes que se pegan a los objetos de vidrio. En teoría, este sistema podría permitir a los humanos subir por las paredes.

Además, también ayudaría a los astronautas a agarrarse mejor a las superficies cuando están en el espacio.

¿Pueden los televisores repararse a sí mismos?

Un aparato capaz de arreglarse solo, sin necesidad de la colaboración de un técnico, parece un producto de ciencia ficción.

Sin embargo, ya se descubrieron materiales que pueden arreglarse o "cicatrizar" por sí solos.

Por ejemplo, los compuestos de resinas epoxy-utilizados en la fabricación de adhesivos- pueden reparar superficies rasgadas, de un modo parecido a las costras que se forman sobre la piel herida.

Por lo tanto, no es tan descabellado pensar que en los próximos años se produzcan televisiones "autorreparables".

¿Podríamos construir un ascensor hasta la Luna?

La Tierra desde la Luna.

"La Tierra desde la Luna."

Para que esto fuera posible, tendríamos que edificar una torre de 36.000 kilómetros de altura.

Para levantar tal estructura, necesitaríamos un material resistente, pero extremadamente ligero. El cemento, el hormigón, el acero, o incluso el aluminio que se usan en la actualidad son demasiado pesados y harían que el edificio se hundiera.

Con fibra de carbono -el material más fuerte y ligero que existe en este momento- la torre no podría alcanzar más de nueve kilómetros de altura.

En cambio, recientemente se descubrió un material que podría hacer que cambiaran las cosas. Su base son nanotubos de carbono de solo un átomo de grosor.

Ahora, los científicos están intentando unir esos nanotubos. De conseguirlo, se podría fabricar una estructura superresistente que capaz de transportar un ascensor a 36.000 kilómetros.

NATIVOS DEL AMAZONAS

Agence France-Presse

Perú: exhiben pruebas de existencia de indígenas no contactados en amazonia

Lanzas, flechas, bolsos con tejido de fibra vegetal y recipientes de cáscara, entre otros utensilios de nativos en aislamiento voluntario en la amazonia de Perú, fueron mostrados el viernes por el gobierno como prueba de vida de esas poblaciones.

Lanzas, flechas, bolsos con tejido de fibra vegetal y recipientes de cáscara, entre otros utensilios de nativos en aislamiento voluntario en la amazonia de Perú, fueron mostrados el viernes por el gobierno como prueba de vida de esas poblaciones.

"Eramos incrédulos que en pleno siglo XXI todavía existiesen poblaciones que estuviesen al margen del mundo globalizado y del contexto nacional, estamos haciendo una demostración de que esos pueblos existen en nuestra amazonia", dijo a periodistas el ministro de Cultura Juan Ossio.

Los objetos fueron encontrados por una expedición del Instituto Nacional para el Desarrollo de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos (Indepa) en la reserva territorial Kugapakori Nahua Nanti, ubicada entre la región Cusco y Madre de Dios (sureste) entre enero de 2009 y septiembre 2010.

"Es imposible poder establecer cuántos son. Se trata de grupos que viven en aislamiento voluntario y sin contacto (con la civilización)", explicó el ministro Ossio, que es antropólogo de profesión.

Según las autoridades peruanas, en la amazonia de Perú existen hasta 14 grupos distintos de indígenas no contactados y en aislamiento voluntario, que además corren peligro por la presencia de madereros ilegales.

Las autoridades exhibieron fotografías y videos sobre esos nativos, filmados por expedicionarios del Indepa, que establecieron cinco puestos de control en la reserva.

Entre las fotografías divulgadas se hallan viviendas rústicas hechas en base a hojas de palmera y palos de flor de caña.

El Indepa indicó que los puestos de control tienen como función impedir el ingreso de personas no autorizadas a la reserva, como taladores ilegales de bosques.

En octubre pasado en la región Madre de Dios, en la frontera con Brasil, un grupo de nativos no contactados hirió con una lanza a un adolescente de 14 años que pretendía ingresar a un territorio controlado por ellos.

En marzo de 2009 un grupo de índígenas aislados huyeron de Perú a Brasil para evitar ser aniquilados por explotadores de madera, según una denuncia de la ONG Survival International.

Esa organización no gubernamental de ayuda a los pueblos indígenas exhortó entonces al gobierno peruano "a proteger los territorios de los indígenas aislados expulsando a los madereros y prohibiendo el acceso a cualquier extranjero".

CHAVIN, CULTURA MILENARIA

Por Belén Delgado - EFE

Chavín de Huantar, luces en la oscuridad

Pocas veces al año las ruinas de Chavin de Huántar, en los Andes centrales de Perú, abren sus puertas de noche bajo el embrujo de las luces artificiales. Este sitio arqueológico de más de 3.400 años de antigüedad ofrece al visitante un espectáculo de luces y danzas típicas que reviven la milenaria cultura Chavín.

Chavín de Huantar, luces en la oscuridad(EFE)

Llegar hasta ese punto no es fácil, pues hay que viajar más de cuatro horas por una tortuosa carretera desde la ciudad de Huaraz, capital de la región andina de Áncash, y pernoctar en el pueblo de Chavín antes de emprender la vuelta.

Durante la ceremonia en la plaza mayor, los trabajadores del complejo arqueológico se disfrazan con máscaras y trajes típicos para recrear las danzas del jaguar y de las aves ("wiscur danza"), así como los sonidos de los ancestrales pututos, unas conchas de caracol marino que sirven de trompetas.

El guía Esteban Rivas, que encarna la figura de sacerdote bajo una máscara de felino que lo convierte en un ser sobrenatural, protagoniza una ceremonia de pago a la madre tierra o "pachamama". "Me siento poderoso", confiesa.

Chavín de Huantar, luces en la oscuridad(EFE)

Los focos eléctricos sustituyen a los espejos de antracita que se utilizaban hace 3.000 años para proyectar luz, mientras un rugido de jaguar sale de las entrañas de este antiguo centro de peregrinación para atemorizar al público, un efecto que en la época se obtenía con el desvío de las aguas del río Wachecsa hacia un canal acústico situado bajo la escultura de granito del Lanzón.

El Lanzón, "la única deidad andina que permanece en su sitio" según el director del Museo nacional de Arqueología, Christian Mesía, es una lanza vertical de piedra de más de 4 metros anclada en uno de los túneles subterráneos de la galería de los Laberintos.

Escondidos en uno de los recovecos de la galería, unos "chamanes" (hechiceros) consumen drogas con un joven en plena sesión espiritual.

Antiguamente, sustancias alucinógenas como el "san Pedro", que contiene mescalina, eran "la puerta de entrada" a un viaje divino controlado por las autoridades religiosas, que basaban su poder en el desafío a la naturaleza y la prevención de acontecimientos, explica Mesía.

Para el guía Luis Minaya, la hemorragia que producen las drogas aparece representada por los algodones que tapan los orificios nasales de las cabezas clavas, las famosas esculturas líticas que representan rostros humanos con rasgos de felinos "clavados" sobre los muros externos y que se exhiben en su mayoría en el Museo Nacional de Chavín.

Chavín de Huantar, luces en la oscuridad(EFEChavín de Huantar, luces en la oscuridad)

Un museo para Chavín

Este espacio, abierto en 2009 con el aporte financiero japonés, es el segundo intento por mantener un museo en el propio pueblo de Chavín, después de que un aluvión se llevara por delante el inaugurado en 1940 por el padre de la arqueología peruana, Julio C. Tello.

El nuevo museo cuenta con 282 piezas de cerámica y artefactos fabricados entre los 1.500 y 500 años antes de nuestra era, además de una réplica de la plaza cuadrada de 49 metros cuadrados que ejemplifica -dice Minaya- la obsesión del hombre de Chavín por los múltiplos de siete, considerado un número "perfecto".

Entre las piezas, destacan la colección de veinte caracolas halladas en 2000 y el impresionante obelisco de Tello, el original, donde aparecen dos caimanes en actitud de coito que simbolizan la fertilidad.

La pieza fue descubierta en 1908 por Trinidad Alfaro, un poblador que intentó sin éxito llevársela a su casa, pero ésta acabó en una iglesia local donde el padre de la arqueología peruana, Julio C. Tello, la encontró en 1919.

Hasta el lugar no ha sido posible, sin embargo, transportar la "Estela de Raimondi", una de las principales piezas de Chavín que representa al "dios de las varas" y permanece en Lima debido a su fragilidad.

Los cultos a esta divinidad -considerada más tarde por los incas como el dios Wiracocha- o al felino son algunos ejemplos de la influencia que ejerció Chavín en el norte, el centro y el sur de Perú, fenómeno que se refleja en las salas del museo.
Influencias desde el corazón de los Andes.

Esta sociedad de agricultores se impuso a otras contemporáneas como la Cupisnique o la Paracas a través de sus contactos comerciales, apunta Mesía, quien destaca su organización jerarquizada y de hondas raíces religiosas.

De hecho, Chavín perdió fuelle cuando sus sacerdotes, expertos en la "manipulación de las conductas", según el arqueólogo, no pudieron evitar el terremoto que afectó el callejón de Conchucos, zona escarpada de alto riesgo geológico donde se ubica el sitio.
Aún faltan por desvelar muchos secretos de esta cultura preinca de más de 3.400 años de antigüedad, al menos para el arqueólogo residente encargado del monumento, Iván Falconí, que augura una reserva de investigación de al menos cien años.

Además, destaca Chavín como un lugar "muy importante" para interpretar el Periodo Formativo en Perú, entre los años 1500 y 550 antes de Cristo.

La que fue considerada la "cultura madre" de los Andes por Tello, fue privada de ese "privilegio" cuando se descubrió hace dieciséis años la ciudad costeña de Caral, de 5.000 años de antigüedad.

Chavín de Huantar, luces en la oscuridad(EFE)

Energía mística

En 1985, el complejo fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad al constituir un testimonio excepcional de una civilización desaparecida.

Al margen de la maraña de fechas, Falconí cree que Chavín puede ser un lugar histórico, de investigación, de relax o incluso de energía mística, al gusto de las 65.000 personas que lo visitan cada año.

Mesía sostiene, por su parte, que Chavín, que tuvo su apogeo hace más de dos mil años, brinda ahora la oportunidad a los peruanos de reencontrarse con sus orígenes y buscar "no aquello que nos separa ahora, sino aquello que nos une desde siempre".

MARAVILLAS DEL AMAZONAS

Por BBC Mundo, BBC Mundo

"Más de 1.200 especies descubiertas en la Amazonia en 10 años"

El Fondo Mundial para la Naturaleza dijo que cientos de plantas, peces y reptiles fueron identificados por primera vez en la región.

"Rana de la región amazónica (Foto cortesía de WWF)."

El informe se publicó al tiempo que se celebra una reunión en Japón sobre biodiversidad global (Foto cortesía de WWF).

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) publicó el lunes un informe en el que afirma que más de 1.200 nuevas especies fueron descubiertas en la Amazonía entre 1999 y 2009, lo que supone una nueva especie cada tres días.

El grupo ecologista dijo que cientos de plantas, peces y reptiles fueron identificados por primera vez en la región, considerada como una de las más diversas del mundo.

WWF advirtió que la continua expansión de la presencia humana dentro de áreas relativamente deshabitadas de la selva amazónica podría amenazar su biodiversidad.

El periodista de la BBC Paddy Clark informó que la publicación de WWF refuerza la visión de la Amazonía como uno de los tesoros ocultos más asombrosos de la naturaleza.

Destrucción

Entre las especies descubiertas se encontraba una tarántula con rayas semejantes a las de un tigre y una anaconda de cuatro metros de largo, descubierta en la región de Pando, Bolivia, que supone la primera inclusión a esa familia de serpientes desde 1986.

También se incluyen un bagre gigantesco que come monos, un delfín que vive en el río Amazonas y un loro calvo y de plumaje colorido.

Anaconda de la región amazónica (Foto cortesía de WWF)

"Anaconda de la región amazónica (Foto cortesía de WWF)"

Esta anaconda de cuatro metros de largo habita en la región de Pando, Bolivia. (Foto cortesía de WWF).

El número de especies hubiera sido mucho mayor si se incluyera a los insectos, que según WWF son demasiado numerosos como para ser contados.

Ante la prensa, el director de la iniciativa Amazonas Viviente, de WWF, Francisco Ruiz, dijo que el informe "sirve como un recordatorio de todo lo que podemos aprender de esta región única y de lo que podríamos perder si no cambiamos la manera en que pensamos el desarrollo".

La tala, el uso de espacios para la ganadería extensiva, entre otras actividades, han reducido en un 17% el área de la Amazonía durante los últimos cincuenta años, lo que supone el doble de la superficie de España, según WWF.

INKARAQAY EN MACHU PICCHU

Por: Roxabel Ramón - El Comercio

Las crónicas coloniales no mencionan a Inkaraqay. Los especialistas del Ministerio de Cultura de Cusco (antes Instituto Nacional de Cultura) no encuentran referencias escritas sobre este sitio inca, que hasta hace muy poco yacía oculto en el lado desconocido de la montaña Huayna Picchu.

Para llegar a la nueva zona descubierta hay que abordar el tren que sale de Aguas Calientes hacia Hidroeléctrica de Machu Picchu. En pleno camino hay que pedirle al maquinista que pare en el kilómetro 117 de esta vía férrea, a solo 20 minutos de la partida. Luego hay que cruzar el río Vilcanota sobre un precario puente de madera y afinar la vista en dirección a las laderas empinadas.

Inkaraqay se presenta como una fortaleza colgante, pues sus muros y terrazas bordean los abismales farallones que se alzan desde la base del valle. Es un emplazamiento inca, de 4.500 metros cuadrados, dedicado a la agricultura y al culto a la luna*.

El sitio lo integran cinco niveles de terrazas agrícolas, una plataforma para rituales, un observatorio con perspectiva a la cima de la montaña Yananti y un muro inca que se extiende hasta el Templo de la Luna, a medio camino de la cima de Huayna Picchu.

“La arquitectura de andenes es superior aquí que en el mismo Machu Picchu”, dice Piedad Champi, arqueóloga residente. Lo dice por los canales de agua que aparecen y desaparecen entre las terrazas. También por las escalinatas con peldaños que sobresalen hasta 70 centímetros de los muros.

“Este era uno de los sectores de donde proveían de alimentos que se consumían en Machu Picchu. Está conectado con ese centro a través de escalinatas que van al Templo de la Luna y luego van por Huayna Picchu”, sostiene Champi y con esto rebate una de las hipótesis entorno a Machu Picchu: que era la hacienda aislada de Pachacútec.

EL CAMINO
Seguir la ruta que propone Champi requiere olvidarse del vértigo para vencer una escalera infinita y escarpada por siete horas. En ciertos tramos el camino se suspende y hay que seguir a través de sogas sujetas a rocas y de escaleras de madera. Un guía, un machete y antiofídicos (tratamiento contra mordeduras de serpientes) son necesarios, aunque los últimos escasean entre quienes ahora realizan los trabajos de limpieza y restauración. “A mi abuelo le ha picado la jergona varias veces. A mí no me pican; ya me conocen”, dice Hebert, uno de los colaboradores, con una sonrisa que deja al descubierto residuos de haber chacchado coca.

Su abuelo, don Germán Echegaray, vive desde hace 70 años en las tierras donde se asienta Inkaraqay. Allí cultivó paltas, café y frutas que vendía en Cusco. Él cuenta que en la década del 40 limpió la maleza que cubría el sitio. “Solo quería aprovechar los andenes para mis cultivos. Además, yo no descubrí nada, porque antes ya habían pasado por acá los madereros”, dice.

Pedro, el único hijo varón de Germán, apoyó hace 30 años la primera iniciativa del entonces Instituto Nacional de Cultura por promover el sitio arqueológico. El proyecto quedó en nada y Pedro volvió a la agricultura, pero la inquietud renació en su sobrino Hebert. Ahora, a sus 26 años, Hebert se ha unido a las filas de los restauradores del ministerio. Es el que más conoce la zona, junto a sus perros Chocolate y Piraña. “Hay 16 tipos de culebras, pero solo la jergona es mortal. También hay gallitos de las rocas, sihuayros y osos de anteojos. Y al menos diez tipos de orquídeas endémicas”, ilustra. La información es corroborada por el biólogo del ministerio, Julio Ochoa.

Inkaraqay, junto al sitio denominado Andenes Orientales (en el lado este de la montaña Machu Picchu) serán integrados al circuito turístico del Parque Arqueológico. Así lo informó el jefe del parque, Fernando Astete. “Andenes será parte del circuito el próximo año. En el caso de Inkaraqay tomará más tiempo”, agregó.

PRECISIONES
El santuario y el parque
1. El Santuario Histórico de Machu Picchu tiene 32 mil hectáreas y fue creado para proteger áreas naturales de gran importancia para el ecosistema, así como varios sitios arqueológicos.

2. El Parque Arqueológico de Machu Picchu, en tanto, ocupa 11 hectáreas. Allí se ubican la ciudadela y sus anexos.

3. El historiador Julio C. Tello no llegó a conocer el sitio de Inkaraqay. Él llegó hasta la zona conocida como Wiñay Wayna. Ese sitio arqueológico está ubicado en el Camino Inca que lleva hasta la ciudadela.

EL TESORO DE MACHU PICCHU

Agence France-Presse

Perú exigirá que Universidad de EEUU devuelva tesoros de Machu Picchu

El presidente Alan García anunció el lunes que en todo escenario internacional donde se encuentre exigirá que la universidad estadounidense de Yale devuelva los tesoros de la ciudadela incaica Machu Picchu que tiene desde hace casi un siglo.

"No dejaré de hablar todos los días hasta el 7 de julio del 2011, esté donde esté, en las Naciones Unidas, OEA, Unesco o en una embajada para exigir las cosas que son del Perú", dijo García en una conmemoración por el centenario del descubrimiento de Machu Picchu.

García llamó así a Yale a devolver antes del 7 de julio de 2011 las piezas de Machu Picchu que fueran trasladadas por el estadounidense Hiram Binghman en 1911.

Las autoridades peruanas sostienen que esa universidad tiene en su poder 46.332 piezas que fueron extraídas de Machu Picchu -la mayor joya turística de Perú- por este aventurero y explorador.

"No pasemos del 7 de julio porque esa fecha es una línea divisoria: o nos entendemos y fraternizamos en torno a la integridad de Machu Picchu o nos caracterizamos sencillamente como saqueadores de tesoros", dijo.

El mandatario recordó que han pasado 100 años desde que las piezas fueron extraídas y precisó "un siglo es suficiente para estudiar esas piezas arqueológicas".

Si la universidad no accede al pedido "entonces sus propias acciones definirán qué es lo que se quiso hacer cuando se llevaron vestigios, rastros, y componentes básicos de la historia", agregó.

"Faltan estos meses para comenzar a empaquetar y entregarlas, todo lo demás será silencio y auto declaratoria y autoinculpación de robo", señaló.

Hiram Bingham era hasta hace poco considerado el descubridor de la ciudadela, ubicada en lo alto de una montaña en Cusco (sudeste), pero historiadores señalan que ya había sido descubierta por el peruano Agustín Lizárraga nueve años antes, en julio de 1902.

Las piezas de Machu Picchu fueron sacadas del país entre 1911 y 1916 por Bingham con destino a Yale, universidad que supuestamente se comprometió a devolverlas después de 18 meses.