DEBATE: CIENCIA Y RELIGIÓN
Murray Peshkin equilibra el debate ciencia y religión - La participación muestra las tendencias valorativas del público - También los científicos se plantean preguntas sobre la religión. La controversia sobre la enseñanza de la teoría de la evolución en las escuelas norteamericanas, que ha llegado hasta el tribunal de la Corte Suprema de los EE. UU., ha traído aspectos negativos (como la vuelta del ya olvidado creacionismo) pero también aspectos positivos, como el interés de los científicos por los temas religiosos. En la revista de alta divulgación PHYSICS TODAY han aparecido recientemente artículos de opinión y cartas al Director donde los físicos se ven implicados en el debate ciencia-religión. Un artículo del físico teórico Murray Peshkin equilibra este debate. Por Miguel Lorente.
En Julio de 2006 publica Murray Peshkin en PHYSICS TODAY un artículo de opinión titulado Addresing the public about science and religion que ha producido un gran debate en números posteriores de la revista. El profesor Murray Peshkin es actualmente físico teórico del Argonne National Laboratory de la Universidad de Chicago, y ha publicado numerosos artículos científicos sobre partículas elementales, semiconductores, mecánica cuántica y también ha trabajado en temas de Ecología y Medio ambiente.
Peshkin describe, en primer lugar, el público al que van dirigidos sus comentarios en sus numerosas conferencias de divulgación: gentes de cultura media general (rotary club, iglesia unitaria, liga de mujeres votantes), miembros de centros de enseñanza media y superior, periodistas científicos y otros que, o bien profesan una fe inquebrantable en sus creencias religiosas o que aceptan la falta de conflicto entre la ciencia y la religión, o que dudan de que la evolución pueda obligarles a rechazar sus creencias religiosas. Peshkin tiene mucho cuidado de que sus opiniones sean presentadas con modestia (siempre habla sentado) sin pretender decir la última palabra y procurando respetar las creencias del público.
En sus explicaciones, Peshkin intenta presentar el concepto de ciencia auténtica tal como se entiende por los científicos que la practican, insistiendo en dos aspectos fundamentales: la experiencia sensible como base del conocimiento científico y la teoría como hipótesis confirmadas por la experiencia; en conjunto.
Experiencia y teoría sirven para explicar los hechos observados y hacer predicciones, pero que nunca son definitivas y pueden ser substituidas por otras teorías (e incluso los hechos "reinterpretados"). Como ejemplos pone Peshkin la Mecánica de Newton, el Electromagnetismo de Maxwell, el Evolucionismo de Darwin y la teoría de la Herencia de Mendel; estas dos últimas tan implicadas entre sí que se complementan en una sola teoría.
Ciencia y creencia
La religión se mueve en el mundo de las creencias, que no se oponen a la ciencia, porque ésta se refiere a la experiencia sensible y la religión a los problemas de existencia y de la moral humana. Ambas tienen diferentes principios, reglas de inferencia y definiciones de verdad.
Por ejemplo, la ciencia no puede rechazar una intervención sobrenatural en la evolución cosmológica o biológica. Tampoco se puede despreciar la ciencia dentro de su campo de validez, como sería desconocer la leyes de Newton en la construcción de barcos y aviones, o las leyes de Darwin en el cultivo de las cosechas de trigo, como sucedió en el caso Lysenko en 1930 en la Unión Soviética. Por eso es tan importante reforzar el núcleo de las teorías científicas en los programas educativos, como ha sucedido con la teoría de la evolución en las clases de biología, que aseguran el progreso en la medicina o en la agricultura.
Como complemento a su artículo en PHYSICS TODAY, Peshkin hace referencia a una página web preparada por él mismo y puesta al día el 26 de junio de 2006. En ella presenta tres documentos de comunidades religiosas: i) La alocución de Juan Pablo II en 1996 a la Academia Pontificia de Ciencias cn el título "La Verdad no puede contradecir la Verdad". ii) Un artículo reciente del Cardenal Fiorenz Facchini publicado en el Obervatore Vaticano demostrando que la teoría del Diseño Inteligente no es científica. iii) Una carta firmada por 10.000 ministros protestantes probando que es una equivocación rechazar la evolución con argumentos religiosos.
Además, presenta tres decisiones judiciales sobre la enseñanza del Diseño Inteligente en las escuelas : i) Decisión del juez John E. Jones, dictaminando que no se puede enseñar la teoría del Diseño Inteligente al mismo tiempo que la teoría de la Evolución. ii) Decisión de la Corte Suprema sobre la separación de la Iglesia y el Estado aplicada al debate sobre ciencia-religión. iii) Decisión de la Corte Suprema que anula la ley del Estado de Louisiana que prohibía la enseñanza de la teoría de la Evolución si no estaba acompañada por la ciencia de la creación.
Primera objeción: La frontera entre la ciencia y la religión
Entre los lectores de PHYSICS TODAY que envían cartas al Director se encuentra Michael Mathews, que alaba el esfuerzo de Peshkin por divulgar la ciencia y aclarar sus límites. Pero le critica por ser más condescendiente con los defensores del campo de la religión, porque prohíbe a la ciencia invadir el campo de aquellos, incluso en el caso de ser estos fundamentalistas.
Esta limitación exagerada de la ciencia que prohíbe criticar a la religión en nombre de la Ciencia proviene en parte, según Mathews, de la equivocada noción de ciencia que olvida el hecho de la observación en la definición de ciencia y que libera a la religión de justificar sus afirmaciones sobre el origen del universo y la aparición del hombre sobre la tierra.
Con esta vaguedad de la frontera entre la ciencia y la religión se puede caer en uno de estos dos extremos. Alienar al pueblo creyente convenciéndole del lugar tan estrecho que le queda a la religión o, por el contrario, encaramelándolo de empirismo y no sentir la actitud crítica ante la ciencia empírica.
La respuesta de Peshkin es clara. La frontera no está impuesta por la religión, sino por la ciencia. Se traspasa la frontera cuando se quiere forzar la discusión entre la ciencia y la religión como una discusión científica. Y mucho menos es necesario a la religión intentar convencer a otros de su propia postura. En temas religiosos lo más correcto es respetar las posturas ajenas.
Segunda objeción: falla el concepto de teoría científica
Dos cartas al Director de David Morrison y Moorad Alexanian, se unen a la crítica de Mathews, de que el concepto de ciencia presentado por Peshkin es incompleto y, por consiguiente debilita la postura del científico frente al creyente.
En primer lugar, se le atribuye a la ciencia solamente la experiencia como fuente de conocimiento, olvidando el papel de la observación en el conocimiento de la naturaleza. Además, hay que enseñar a los no científicos que las teorías no son meras hipótesis, sino que han sido comprobadas y no falsadas por la experiencia, y también hay que explicar a los científicos que las creencias suponen la existencia de un Ser Superior como fundamento de las realidades sobrenaturales y que los problemas de frontera surgen cuando se tratan temas en los que está implicado todo el hombre (como son el origen del hombre, su evolución y su naturaleza psíquica)
Peshkin responde que efectivamente la observación es parte de la ciencia y que las teorías deben ser falsificables. Y pone varios ejemplos. i) La teoría del big-bang no sería falseada si se confirmaban los datos que iba a recoger el satélite COBE sobre la radiación de fondo (CMB) que se desprendía de los primeros instantes de la gran explosión. ii) La extinción de los dinosaurios por el impacto de un meteorito podía ser falseada si no aparecían restos de iridio en las capas profundas del cráter que dejó el meteorito. La aparición de la vida en el planeta tierra podía ser confirmada si se realizaba con éxito el test de Miller-Urey según el cual se producía un aminoácido por al síntesis de hidrógeno, metano, dióxido de carbono y agua.
Tercera objeción: La fe del científico y la fe del religioso
El físico químico Keith Schofield, de la Universidad de California en Santa Bárbara, acusa a los físicos teóricos de pretender la explicación de los misterios de la naturaleza, cuando él ha notado que recientemente hay más modestia entre los científicos en su afán por entender los fenómenos naturales, sobre todo en el caso de las estructuras más complicadas del ADN. En estos casos se necesita tener más fe en las teorías científicas y en los modelos que en la religión. Para Schofield, la ciencia es una actividad humana que participa mucho de las propiedades del arte, como son la imaginación, la creatividad y la intuición.
Peshkin responde a la objeción de Schofield reconociendo la dificultad de entender el mecanismo del ADN en los seres superiores, que debería relegarse a los biólogos, aunque en definitiva la última razón o explicación de los datos de la observación y de las teorías hay que aceptarlo por fe, de una manera semejante como el religioso acepta las realidades sobrenaturales. Esta postura corresponde a la metaciencia o quizá a nuestra psicología, peo no a la ciencia que sólo trata de los datos de los sentidos. Pero lo que es cierto es que el método de los científicos ni aprueba ni contradice a la religión.
Cuarta objeción: la gran mentira del evolucionismo
En otra carta al Director de PHYSICS TODAY, Michael Todhunter no ve incompatibilidad entre el creacionismo y la genética. Más aún, no acepta los argumentos del evolucionismo para explicar el origen de las especies. Le parecen, por ejemplo, un fiasco los argumentos que se aducen para explicar el origen de los pájaros a partir de los dinosaurios alados, cuya explicación traída por los pelos recuerda el engaño colectivo que sufrió la comunidad científica con la fusión fría.
Critica además Todhunter la gran propaganda que han dedicado a estos "descubrimientos" las revistas científicas como NATURE o NATIONAL GEOGRAPHIC. La multiplicación de estos casos, ausentes de comprobación experimental, ha disminuido la confianza en la ciencia y en las teorías sólidamente comprobadas por la experiencias.
Tampoco acepta Todhunter la equiparación de la teoría de la evolución de Darwin y la teoría genética de la herencia de Mendel. Éste observó rasgos hereditarios en las especies que fueron posteriormente explicados por la genética mendeliana y que fue luego el mecanismo para explicar el origen de las especies.
Responde Peshkin que es necesario exigir pruebas experimentales para aceptar una teoría científica, aunque las teorías muestren "arrugas" o rasgos dudosos faltos de pruebas experimentales. Esto sucede con la teoría de la evolución, que es la teoría más aceptada por los biólogos, aunque todavía queden muchos enlaces por probar, y que debemos recomendarla a los administradores de la enseñanza, para que la pongan en sus programas de estudio, con la recomendación de que los estudiantes reconozcan sus méritos pero también sus fracasos.
Quinta objeción: el debate ciencia-religión necesita una filosofía común
El geofísico Juan g- Roederer, de la Universidad de Arkansas Fairbanks, alaba la postura de Peshkin de enseñar la teoría de la evolución en las escuelas y separarlas de otras enseñanzas no científicas. El público al que va dirigido esta enseñanza, o está poco preparado para comprender los misterios de la naturaleza, o está muy orientado en la línea del diseño inteligente y tienen en menos las explicaciones científicas.
Las posturas a las que se debe llegar en este tema de la evolución frente al diseño inteligente son las siguientes: los que tienen talante religioso deben aceptar los avances de la ciencia y las futuras experiencias que avalen las hipótesis; los que tienen talante científico deben reconocer que necesitan de la religión para entender el por qué y el para qué de la ciencia.
La religión debe evitar la interpretación literal de la sagrada Escritura y la ciencia debe evitar la salida fácil del principio antrópico y reconocer que existen puntos de contacto entre la religión y la ciencia, como son: el valor de las constantes universales, la forma actual de las leyes físicas, las fluctuaciones que dieron lugar al Big-Bang, la aparición de los primeros seres vivos y la emergencia de la conciencia.
Debemos tener presente las opiniones de personas de gran prestigio, como Juan Pablo II, que en una carta al Director de la Specula Vaticana escribió lo siguiente:"La ciencia puede purificar a la religión del error y la superstición y la religión puede purificar a la ciencia de la idolatría y falsos absolutos".
Y Werner Heisenberg escribió: "En la ciencia nos dedicamos a descubrir lo que es verdadero o falso; en religión lo que es bueno o malo, noble o bajo. La ciencia es la base de la tecnología, la religión es la base de la ética".
Debate social
Conocimiento científico y fe religiosa son dos estados base de nuestro cerebro, ortogonales entre sí, que no pueden colapsar uno en el otro y que quizá tienen un origen evolutivo común, lo cual está de acuerdo con nuestra capacidad de crear imágenes de futuro y hacer predicciones a largo plazo
Peshkin responde que el proyecto de Roederer es muy ambicioso y que va más allá del conflicto de la enseñanza del evolucionismo en las escuelas. En él se pretende crear una generalización de la ciencia y la religión en una filosofía que sintetice a ambas, sin perder sus propias características. Sin embargo, este proyecto necesita ser probado y necesita tiempo que no tenemos, si queremos afrontar el reto de la enseñanza de la evolución en las escuelas.
También Roederer libera a la ciencia del principio antrópico. Pero las observaciones de los espectros atómicos en quasares muy distantes indican una pequeña variación en al constante de estructura fina. Si esto se confirma la improbabilidad de encontrar condiciones de vida en algún lugar o instante del universo, se convierte en un problema científico.
Peshkin acaba diciendo que hay que informar y formar al público sobre qué es la ciencia, su poder y sus debilidades, porque es el público y no los tribunales los que decidirán adonde se dirigirá su país en el siglo XXI. La disputa suscitada en Physic's Today en torno al artículo de Peshkin, es una muestra más de cómo en América el público en general pondera el diálogo ciencia-religión y participa con interés, en niveles de alta divulgación, en las discusiones que se plantean.
Miguel Lorente es catedrático universitario de Física Teórica y miembro de la Cátedra CTR.
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