Una de la cadenas que acaba de surgir ofreciendo habitaciones pequeñas es Qbic, de origen holandés. Actualmente cuenta con un hotel en Ámsterdam y programa abrir otros dos, en Maastricht y en Antwerp, en Bélgica. Cada habitación es un cubo de siete metros cuadrados. Esa es la clave de su diseño. Moderno, futurista, innovador, son algunos de los adjetivos que sus propietarios utilizan para definirlo. Dentro de cada ‘Cubi' hay lo que en la compañía denominan ‘sala de estar', una cama y un cuarto de baño.
"Ofrecemos una alternativa barata a los caros hoteles que hay en el mercado y con calidad", afirma su fundador, Paul Rinkens. "En Ámsterdam hemos tomado dos pisos del World Trade Center. ¿Podría imaginarse hace cinco años un hotel dentro de un edificio de oficinas en alquiler? ¿Por qué sólo debe acoger oficinas y tiendas? Un hotel es parte esencial de esa mezcla", añade. Su compañía prevé expandirse por los destinos europeos más importantes en los próximos dos años.
EasyHotel o más recientemente Yotel son otras de las cadenas que tienden a la reducción del espacio. Y es que el negocio está en expansión. Su ventaja radica en el precio. Las tarifas son económicas, especialmente si se tiene en cuenta la ubicación de estos establecimientos, que suelen situarse en importantes ciudades o en terminales aeroportuarias.
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