PROSPECTIVA DE LAS IDEAS
Por: Adolfo Castilla
En una nota anterior adelantábamos la posibilidad de hacer prospectiva de las ideas como procedimiento para saber, o mejor dicho, imaginar, cómo será el mundo concreto que nos espera en el futuro, la tecnología que desarrollaremos, la economía que terminará instaurándose y la sociedad y los valores que compartiremos. Hemos sugerido también la naturaleza radiante del hombre -- el hombre es un ser radiante, o irradiante -- generador continuo de ideas desde su interior, es decir, desde las profundidades de su mente y de su ser interno en general.
Como ideas en sentido amplio y primigenio entendemos las interpretaciones generales de nuestros mundo que se abren camino entre nosotros deducidas en parte de las aportaciones de personas geniales sobre lo que somos y sobre nuestro universo en sentido cosmogónico, cosmológico, y físico. Esas ideas constituyen el vértice de una pirámide a partir del cual se expanden ideas adicionales de todo tipo incluyendo las científicas y tecnológicas. Para entendernos claramente se podría mencionar la revolución científico-tecnológica moderna -- de raíz europea u occidental -- surgida a partir de las interpretaciones aportadas por Copérnico, Kepler, Galileo, Newton y Bruno, entre otros. Son ellos con sus nuevas explicaciones sobre nuestro planeta y el universo en que se ubica, así como con la formulación matemática de las leyes que justifican esas explicaciones, los que dan a luz e impulsan el mundo fuertemente científico y tecnológico surgido a lo largo de los siglos XVIII, XIX y XX
Para hacer conjeturas relacionadas con las interpretaciones futuras de los hombres sobre nuestro mundo y las posibles ideas que se difundirán, sobre la vida y sobre nuestra especie, lo primero es entender que la lógica o el razonamiento no es algo estático, sino que evoluciona con el mismo hombre. El ser humano, por otra parte, es un proyecto abierto y no podemos hacer hipótesis definitivas sobre interpretaciones pasadas o futuras, sin ser conscientes de que la lógica humana no era igual a la actual, por ejemplo en la época de Platón (Siglos V y IV antes de Cristo) y no será tampoco la misma un siglo o dos hacia adelante desde nuestros días.
Con frecuencia se presta poca atención a esta dinámica del razonamiento y esa puede ser la causa de la no existencia formal de una "prospectiva de las ideas", o dicho de otra forma, de una conjetura sólida en relación con las interpretaciones sobre nosotros mismos, nuestro mundo, nuestras juicios y nuestros valores en el futuro.
Puedo dar ejemplos concretos de los fallos cometidos por profesionales solventes en ese proceso de mirar hacia atrás y hacia adelante con la lógica dominante hoy en el mundo, sin caer en la cuenta que no era ni será la lógica correcta para interpretar el pensamiento de la época de que se trate. Me apoyaré para ello en mi asistencia a la conferencia cuyo libro de proceedings puede verse arriba.
Como ideas en sentido amplio y primigenio entendemos las interpretaciones generales de nuestros mundo que se abren camino entre nosotros deducidas en parte de las aportaciones de personas geniales sobre lo que somos y sobre nuestro universo en sentido cosmogónico, cosmológico, y físico. Esas ideas constituyen el vértice de una pirámide a partir del cual se expanden ideas adicionales de todo tipo incluyendo las científicas y tecnológicas. Para entendernos claramente se podría mencionar la revolución científico-tecnológica moderna -- de raíz europea u occidental -- surgida a partir de las interpretaciones aportadas por Copérnico, Kepler, Galileo, Newton y Bruno, entre otros. Son ellos con sus nuevas explicaciones sobre nuestro planeta y el universo en que se ubica, así como con la formulación matemática de las leyes que justifican esas explicaciones, los que dan a luz e impulsan el mundo fuertemente científico y tecnológico surgido a lo largo de los siglos XVIII, XIX y XX
Para hacer conjeturas relacionadas con las interpretaciones futuras de los hombres sobre nuestro mundo y las posibles ideas que se difundirán, sobre la vida y sobre nuestra especie, lo primero es entender que la lógica o el razonamiento no es algo estático, sino que evoluciona con el mismo hombre. El ser humano, por otra parte, es un proyecto abierto y no podemos hacer hipótesis definitivas sobre interpretaciones pasadas o futuras, sin ser conscientes de que la lógica humana no era igual a la actual, por ejemplo en la época de Platón (Siglos V y IV antes de Cristo) y no será tampoco la misma un siglo o dos hacia adelante desde nuestros días.
Con frecuencia se presta poca atención a esta dinámica del razonamiento y esa puede ser la causa de la no existencia formal de una "prospectiva de las ideas", o dicho de otra forma, de una conjetura sólida en relación con las interpretaciones sobre nosotros mismos, nuestro mundo, nuestras juicios y nuestros valores en el futuro.
Puedo dar ejemplos concretos de los fallos cometidos por profesionales solventes en ese proceso de mirar hacia atrás y hacia adelante con la lógica dominante hoy en el mundo, sin caer en la cuenta que no era ni será la lógica correcta para interpretar el pensamiento de la época de que se trate. Me apoyaré para ello en mi asistencia a la conferencia cuyo libro de proceedings puede verse arriba.
* Adolfo Castilla - Doctor Ingeniero del ICAI y Catedrático de Economía Aplicada, Adolfo Castilla es también Licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por Wharton School, Master en Ingeniería de Sistemas e Investigación Operativa por Moore School (Universidad de Pennsylvania). En la actualidad es asimismo Presidente de AESPLAN, Presidente del Capítulo Español de la World Future Society, Miembro del Consejo Editorial de Tendencias21, Miembro del Alto Consejo Consultivo del Instituto de la Ingeniería de España, Profesor de Dirección Estratégica de la Empresa en CEPADE y en la Universidad Antonio de Nebrija
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