LA WEB UN ARMA PODEROSA
Las caóticas calles de Teherán, el colapso de un banco de Estonia, y la vigilancia de los ciudadanos chinos no son necesariamente las primeras imágenes que se vienen a la mente cuando se piensa en la web.
Sin embargo, la red global es algo más que una colorida caja trucos. En medio de las celebridades en Twitter, los absurdos videos de YouTube y las tiendas virtuales, una lucha está teniendo lugar.
La web le da poder al ciudadano de a pie y una voz a las masas, pero a su vez también ha reforzado el dominio de los gobiernos de todo el mundo.
Libertad versus control es una antigua lucha que ahora se ha trasladado al espacio virtual.
Corre la voz
En junio de 2009, las elecciones presidenciales iraníes dieron lugar a violentas protestas. La red social Twitter transmitió en línea todos los acontecimientos.
Como las protestas de la oposición fueron reprimidas, pequeños "tweets" fueron describiendo el caos a personas de todo el mundo. El gobierno iraní, conocido por sus intentos de filtrar y controlar la web, no logró en ese momento atajar la corriente de información.
Twitter alertó al mundo sobre una realidad que quizás no habría podido ser revelada, pues los principales medios de comunicación extranjeros habían sido expulsados o prohibidos.
Desafío global
En términos de flujo de comunicación, el fenómeno fue tan exitoso como inesperado.
Incluso los fundadores de la compañía, Biz Stone y Evan Williams, cuando hablaron con la BBC, parecían algo sorprendidos de que Twitter se hubiera transformado en una herramienta política.
Esa es la belleza de la web, que puede otorgarle poder a cualquier individuo.
Uno de ellos es Austin Heap, uno de esos jóvenes genios de la informática de San Francisco que parece sacado de una película de ciencia ficción de Hollywood.
Cuando eventualmente las autoridades iraníes empezaron a bloquear las conecciones para impedir que siguiera saliendo información, Austin y su amigo Daniel Coloscione crearon su propia forma de ciberasistencia: un programa llamado Haystack.
El programa le permite a los iraníes acceder a internet de forma anónima y ayuda a eludir los mecanismos de filtrado impuesto por el gobierno.
Así, desde un apartamento en San Francisco, Austin demostró que la web puede superar fronteras nacionales, culturales y sociales. Con un ordenador y conexión a internet, en teoría, cualquier persona puede desafiar el control autoritario.
Ataque cibernético
Pero si bien el caso de Irán demostró cómo web puede potenciar a las masas, los acontecimientos en Estonia en abril de 2007 demostraron cómo un "imperio" puede devolver el golpe.
"Estatu a de Bronce de Tallin."
El detonante fue el traslado de una estatua, el Soldado de Bronce de Tallin, desde el centro de la ciudad a un cementerio aislado. A partir de ahí se desencadenaron dos noches de disturbios en la capital de Estonia.
Los rusos étnicos estaban indignados por el traslado de un icono nacional que simboliza la victoria Soviética sobre Alemania durante la Segunda Guerra Mundial y la liberación de Tallin por el "Ejército Rojo". Para muchos estonios, sin embargo, la estatua era un símbolo de la opresión soviética.
Apenas unos días después de que Estonia, una de las naciones más conectadas de la Tierra, fue golpeada por un ataque cibernético muy sofisticado inundando los sitios web con solicitudes de datos. Esto es conocido como un "ataque de Denegación del Servicio".
Paralizó el banco de Estonia, el servicio de noticias y las ciber páginas del gobierno. La fuente de la inundación de datos fue localizada en Moscú.
Arma poderosa
El autoproclamado autor del ataque fue Konstantin Goloskokov, un comisario del movimiento a favor del Kremlin de las juventudes Nashi.
Goloskokov no era mayor de 23 o 24 años y no se arrepientía de los ataques. Para él, internet representaba la forma más rápida de vengar ese ataque al honor de su nación.
Aunque aseguró que el gobierno de Rusia no estuvo de ninguna manera involucrado, muchos estonios consideran que fue un ataque perpetrado por el Estado ruso.
¿Quién necesita un combate mano-a-mano cuando puedes crear una "botnet" (red de computadoras infectadas) y atacar a una nación entera desde la comodidad de tu propio escritorio?
Hace veinte años, cuando nació la Web, era sido difícil imaginar que se convertiría en instrumento político y social de tal alcance.
Pero eso es precisamente lo que está sucediendo: la web parece estar en camino de convertirse en una de armas más poderosas de nuestro tiempo.
BBC Mundo.com
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