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INSTITUTO DE LOS ANDES

SISTEMA MOR: LA NEURONA DEL AMOR

Por Nicole Villagra
 
¿De dónde proviene el amor? Es una pregunta que los científicos han logrado responder gracias a los diversos avances en el campo de la neuroimagen.

Éstos, han concedido a los estudiosos la posibilidad de tomar una «radiografía del amor» y determinar qué moléculas y cuáles zonas del cerebro se activan ante esta “emoción”.

 

Según lo consignado por ABC, son doce áreas cerebrales las que entran en juego cuando las personas “sentimos amor”.

Sin embargo, continúa siendo un misterio para los investigadores el factor que determina que nos enamoremos de algunas personas y no de otras.

El cerebro humano tiene la capacidad de vincularnos a otra persona en tan sólo un segundo, esto es lo que popularmente se conoce como un “flechazo” o amor a primera vista. Esto sucede cuando se liberan sustancias como la adrenalina, dopamina, serotonina, oxitocina y vasopresina, las que van directo al torrente sanguíneo.

Lo anterior, provoca que nuestro corazón se acelere al pensar en esa persona especial -efecto de la adrenalina-, nos centremos en ella -dopamina- y que ocupe nuestros pensamientos -serotonina- de forma temporal, mientras dura el “enamoramiento”. Los lazos posteriores a ese periodo, que debieran ser duraderos se crean gracias a la oxitocina y la vasopresina.

 

Las moléculas anteriormente mencionadas actúan también como hormonas, motivo por el cual el hipotálamo (regulador hormonal) entra en funcionamiento cuando sentimos amor. Y éstas explican muchas cosas que sentimos durante este periodo.

El incremento en la frecuencia cardíaca, la contracción de vasos sanguíneos y la dilatación de los conductos de aire son efectos provocados por la adrenalina; Mientras tanto, en la dopamina se encuentra la clave del mantenimiento de la atención y es la encargada de regular el dolor.

Es por esto que para prevenir enfermedades cardiovasculares, debemos no sólo cuidar nuestro colesterol y los niveles de tensión, sino que también debemos preocuparnos de tener sentimientos positivos, según explicó el vicesecretario de la Sociedad Española de Cardiología, Miguel Ángel García Fernández.

A continuación se muestran los aspectos a lo que afecta cada hormona hace a nivel físico y psicológico, más que neuronal como explicamos anteriormente.

La dopamina: Esta es la responsable de que prestemos atención completa -y que nuestro mundo se reduzca- a la persona amada. Además bloquea todo aquello que pueda inducirnos a realizar un juicio crítico y objetivo de alguna sensación que involucre la relación.

La oxitocina: El cariño se explica en esta hormona. A ella responden los cuidados, los cariños y las caricias. Tiene la cualidad de liberarse durante el parto y también en el orgasmo. La oxitocina además es responsable tanto del amor como del odio, pues -como diversos estudios han demostrado- las zonas cerebrales que se activan cuando amamos y odiamos son casi las mismas.

La vasopresina: En el cerebro de los hombres, principalmente cumple una función de buscar vínculos sociales, mientras que en el femenino esta acción se basa en la hormona anterior.

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